Presidentes de diferentes urbanizaciones del Distrito 8 denunciaron que los bares y cantinas se incrementan en su jurisdicción en inmediaciones de establecimientos escolares.
Por su parte, Crescencio Huanca, presidente de zona, afirmó que una situación similar es registrada en el D-5 debido a la ausencia de controles por parte del Municipio, especialmente en inmediaciones de la Universidad Pública de El Alto (UPEA).
La preocupación de los vecinos surge después de que la pasada gestión municipal, "poco o nada" se hizo por reducir los denominados "antros de perdición". De acuerdo a Huanca, dichos "negocios" donde no sólo frecuentan las personas que presentan una dependencia con el alcohol, sino estas se convierten en una única "distracción" de jóvenes y menores, quienes al no tener un control de sus padres, frecuentan los bares y cantinas, con diferentes objetivos propios de su edad.
"En todas las zonas donde hay un crecimiento urbano, en las actividades comerciales y nocturnas, la presencia de bares y cantinas es una constante. Mientras que la presencia de la Guardia Municipal, es circunstancial como un saludo a la bandera, pegan las hojas de clausurado, en algunos casos, pero éstas no duran ni 24 horas, porque al día siguiente dichos bares continúan con su actividad", observó.
La vecina Claudia Flores da cuenta que en varias oportunidades su persona denunció la existencia de bares ilegales ubicados en inmediaciones de la UPEA, negocios que los estudiantes frecuentan, diariamente ingresando a estos ambientes, incluso con claves de sonido, en la puerta o la ventana de dichos inmuebles.
Flores espera que en la actualidad las promesas de los más de tres candidatos al municipio, en temas de Seguridad Ciudadana, tome en cuenta políticas de prevención y sanción a bares, cantinas y lenocinios que incumplen la norma municipal, pero que nunca fueron sancionados en la pasada gestión, por el contrario estas habrían surgido como "hongos", ante la inexistencia de una política municipal.
"Eso significa que las anteriores autoridades al igual que la transitoria fue condescendiente con estos negocios clandestinos y sólo el 1%, fue sancionado, mientras que el restante de bares y cantinas, se mantienen inalteradas en su actividad de envenenar a nuestras próximas generaciones", lamentó.
Para la dirigencia vecinal, de 10 familias siete a ocho, enfrentan problemas de consumo de bebidas alcohólicas por parte de alguno de sus componentes, sobre todo menores de 25 años. Asimismo, se observa que en las mencionadas zonas existe mayor aparición de bares y cantinas, antes que otras actividades comerciales, factor que genera inseguridad ciudadana y pone en riesgo la estructura familiar de diferentes estratos sociales.
Fuente: El Diario.
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