16 de octubre de 2007. 15.30. Villa Andrani. Distrito 7. El Alto. Tres
investigadores de Homicidios descienden de un viejo vehículo de la
Policía de El Alto y sus pies aterrizan sobre la polvorienta cancha de
fútbol de la zona.
Los policías no pueden creer el oscuro panorama que tienen frente a sus
narices. Un olor a carne chamuscada —similar al aroma de las cenizas de
los restos de muebles y fierros retorcidos que quedan después de un
voraz incendio— sale disparado de los cuerpos quemados y sin vida de
cuatro hombres que tres horas antes fueron acusados de robo, golpeados y
prendidos con fuego y gasolina, a lo bonzo, como si fueran antorchas
humanas.
"Parece que fueron quemados mientras estaban con vida", asegura un
investigador de Homicidios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el
Crimen (FELCC) de El Alto, dirigiéndose al fiscal Gregorio Blanco.
Téofilo Tinto, taxista y testigo del crimen, indica que los cuatro
hombres fueron asesinados por los vecinos. "Ellos atraparon a los cuatro
delincuentes cuando estaban en el interior de un vehículo color blanco,
después de robar dinero y objetos de valor en cinco viviendas de la
zona". "Manejaba mi taxi —añade Tinto— y aparecieron los cuatro sujetos
en un carro; uno de ellos bajó, apuntó con su revólver a mi cabeza y me
pidió dinero; opuse resistencia y grité". Los gritos de Tinto
ocasionaron que los pobladores salgan de sus viviendas y rodeen el
vehículo de los delincuentes para evitar que huyan.
Un vecino —que prefiere no identificarse— señala que los tres
delincuentes no pidieron perdón a los pobladores cuando fueron sometidos
a un juicio popular, extrajudicial, en medio de la cancha de fútbol de
tierra y piedras de Villa Andrani. "Sólo uno de ellos lo hizo
—recuerda—, fue el más joven, pero la comunidad decidió linchar a los
cuatro".
Una turba de al menos 200 personas golpea a los acusados con piedras,
palos y puñetes. Quedan inconscientes por el dolor. Las muñecas y los
tobillos son amarrados con cuerdas para que no escapen. Tres pobladores
alcanzan a la turba de vecinos dos botellas con gasolina y una caja de
fósforos. Encienden con fuego un trapo y lo lanzan contra los acusados.
Los cuerpos arden, por separado, mientras los vecinos se muestran
conformes por el linchamiento consumado.
Después de tres horas, cuatro policías llegan al campo deportivo donde
están los cuerpos. En el interior de la ambulancia, logro ingresar
camuflado en Villa Andrani junto al periodista Jaime Gutiérrez, para
cubrir la noticia.
Se abren las puertas del vehículo médico. Frente a mí están los cuatro
cuerpos ubicados en línea paralela detrás de su vehículo que también fue
quemado. Disparo la cámara por instinto. En 30 segundos los policías
levantan los cuatro cadáveres, los meten en la ambulancia y se marchan,
mientras Jaime y yo nos quedamos en medio de la turba de vecinos
pensando en la forma de salir ilesos de esta oscura historia.
Periodista
http://www.laprensa.com.bo/noticias/17-05-10/noticias.php?nota=17_05_10_edit2.php
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