Bolivia y Chile, dos realidades.
Mario Ronald Duran Chuquimia (*)
23 de Marzo de 2006, como todos los años, llenos de fervor cívico, colegiales, burócratas estatales, fuerzas armadas y policiales desfilaron por la plaza Avaroa, se escucha en la plaza San Francisco el discurso del presidente Evo Morales que indica que la Organización de Estados Americanos (OEA) se reúna de emergencia para tratar el tema del acceso de Bolivia a las costas del Pacifico, horas mas tarde dice que como los gobiernos han fallado es el tiempo de la diplomacia de los pueblos, orden hecha con hechizos de oratoria.
Primeros años de Bolivia, el mestizo Andrés de Santa Cruz y Kalahumana piensa cumplir el sueño de Bolívar: la sociedad, la economía y el ejercito, Bolivia toda se prepara, nace la confederación Perú-boliviana que según el diplomático chileno Sotomayor Valdés " habría de pretender la preponderancia en los destinos de América del Sur", el nuevo estado tiene enemigos, Chile y Argentina, que despachan ejércitos, los del chileno Blanco Encalada ante las inclemencias del clima, las enfermedades y la superioridad del enemigo acepta y firma la paz de Paucarpata, comprometiéndose al pago de cierta suma, la devolución de los barcos peruanos apresados por Chile y la no intervención en los negocios de la Confederación bajo ningún pretexto, tratado que sería desconocido en Santiago de Chile, las armas argentinas al mando de Heredia conocerían la derrota en los campos de Humahuaca, Iruya y Montenegro. Meses mas tarde Santa Cruz es derrotado en Yungay por tropas chilenas y peruanas, la derrota significa también la muerte de la confederación y el nacimiento del lento declinar de Bolivia.
Como todos los años en estas fechas, los maestros cuentan en las escuelas primarias algunas historias: que el presidente Daza al saber del desembarco de tropas chilenas en Antofagasta en 1879, prefirió seguir las fiestas del carnaval, antes que despachar tropas, pero Daza era consciente de la ruina del estado, el ejercito carecía de armamento moderno y vestuario… de la defensa de Calama, cuando Eduardo Avaroa intimado a la rendición por las superiores tropas chilenas, responde: ¡rendirme yo, que se rinda su abuela, carajo!, de la niña que salva el pabellón nacional cruzando ríos y montañas, de las hazañas del buque de guerra peruano Huáscar, de la defensa de Pisagua, de las constantes derrotas, la victoria de Tarapacá, de los Colorados…pero, el destino es trágico, la bandera boliviana no besara ya mas las playas del océano Pacifico… esas historias se quedan en nuestra mente y forman generaciones con sentimientos nacionalistas que dicen que sin mar nuestro país es incompleto y condenado por ello a la pobreza y a la postración.
En la posesión de Michelle Bachelet, se escucha en la recepción popular de las organizaciones indígenas y sociales chilenas, corear junto a Evo Morales: ¡mar para Bolivia!...con lo que otra vez caemos en el señuelo de la solución del centenario problema, pero la respuesta del general Augusto Pinochet se deja oír a través del tiempo: territorio por territorio. La constitución, el ejercito y la mayoría de la sociedad chilena no aceptarían el desmembramiento territorial a favor de Bolivia.
Las diferencias económicas son tangibles, Bolivia posee mas de un millón de kilómetros cuadrados, unos nueve millones de habitantes, un PIB nacional de 9200 millones de dólares al 2005, una tasa de crecimiento del 4,6 por cien al año, las exportaciones bolivianas llegan a 2400 millones de dólares, la renta per capita es de casi 900 dólares, estadística oficial que oculta que mas del 75% de la población boliviana es pobre o esta en el umbral de la pobreza. Al otro lado de la cordillera occidental, se encuentra Chile que pose 756000 kilómetros cuadrados, un PIB nacional de 75000 millones de dólares en 2005, con una renta anual per capita cercana a los 5000 dólares, el PIB crece al 5,5 % anual, el pasado año exportaron 36000 millones de dólares. En síntesis, los fríos números señalan que la economía chilena es 10 a 15 veces mejor que la boliviana, así también recortes de periódicos bolivianos que circulan en fotocopias señalan que al ejercito chileno le bastarían 16 minutos para conquistar Bolivia.
La llave del gas natural parece abrirlo todo, las industrias y la sociedad chilena requieren energía barata, los países que nos rodean han convertido al gas en nuestro mejor embajador, esperemos que como eje central indus-trializador de materias primas el actual gobierno promueva la venta de electricidad y diesel ecológico a nuestros vecinos, mirando la historia Marcelo Quiroga S.C. decía: "…la verdad es que la desgracia de Bolivia no esta en ser difícil o mediterránea, sino en tener dirigentes sin grandeza, gobernantes que no aman su patria…", dicha apreciación es válida para todos los gobiernos.
La Paz, Chuquiagu Marka, 24 de Marzo de 2006.
(*) El autor fue secretario ejecutivo de la Confederación Universitaria Boliviana (CUB).
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