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18/10/07

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El Alto: Clausuran bares, pero no aseguran cierre

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Ayer alumnos convocados por la Federación de Estudiantes de Secundaria atacaron tres locales, dos bares y un lenocinio en la Ceja
Clausuran bares, pero no aseguran cierre


En momentos en que el alcalde Fanor Nava anunciaba una resolución para cerrar de manera definitiva los boliches clandestinos, los alumnos organizados en la Federación de Estudiantes de Secundaria (FES) atacaban, saqueaban y quemaban tres locales en la Ceja de El Alto.

Ayer fue la segunda jornada de violencia en contra de cantinas y lenocinios en esa ciudad, donde se estima que existen unos 2 mil bares clandestinos. El martes, los padres de familia de establecimientos educativos protagonizaron el ataque y quema de los 18 lenocinios del barrio 12 de Octubre, considerado una de las zonas rojas de esa urbe.

Frente a esa situación, el Alcalde se reunió hasta la madrugada de ayer con las autoridades de seguridad ciudadana para asumir acciones. La determinación fue anunciada a las 10.00, cuando centenas de estudiantes ingresaban a dos cantinas ubicadas en la calle Tiahuancu, como el martes sin la presencia ni control policial, efectivos que llegó media hora más tarde.

Nava indicó, en su despacho de la avenida 6 de Marzo, que todos los locales clandestinos serán cerrados de manera definitiva y que sus muebles serán decomisados. Pero los estudiantes emularon a los padres de familia, sacaron sofas, sillas y vitrinas de los locales de la Tihuanacu y los llevaron a la Sempértegui, para prenderles fuego. También apedrearon los vidrios de un lenocinio que tenía un letrero de alojamiento en esa esquina.

La primera autoridad alteña anunció la resolución y acciones de control sorpresa, también admitió que esas medidas son insuficientes para controlar la gran cantidad de bares y cantinas. “Cerramos un local y al día siguiente o a las horas está nuevamente abierto. Necesitamos una ley draconiana para poner fin a este círculo”. La autoridad pidió además el apoyo de padres de familia, para que denuncien a los locales que vuelven a abrir después de la clausura, y mayor respaldo de la Policía Nacional.

Mientras atacaban los bares, los estudiantes vociferaban: “queremos una ciudad sin cantinas” y fustigaban la acción de la Policía, que una vez que llegó se puso en resguardo de los boliches. Los uniformados tuvieron que recurrir a los gases pimienta para dispersar a los alumnos cerca a las 11.00.

La totalidad de efectivos policiales destinados a la ciudad de El Alto son 1.955, repartidos en cinco unidades, PAC, Tránsito, distritos policiales tres y cinco y seguridad física, cantidad que dividida por el número de habitantes de esa ciudad dan a razón de un uniformado por cada 400 personas. La Intendencia Municipal cuenta con 110 gendarmes, 100 de los cuales son jóvenes recién incorporados.

El director de seguridad ciudadana del municipio, teniente coronel Ronald Pérez, aseguró que desde agosto realizan batidas cada fin de semana y que desde entonces clausuraron 80 establecimientos de venta de bebidas alcohólicas. La Policía no se encarga del cierre de estos locales.

Esta ciudad tiene varias zonas de alta peligrosidad por la presencia de bares y lenocinios. La 12 de Octubre es la que concentra la mayor cantidad de prostíbulos, 18 locales en total, entre las calle seis y 10 sobre la Jorge Carrasco. En las inmediaciones se hallan cinco unidades educativas, cuatro colegios y una universidad.

El martes los padres de familia recorrieron desde las 9.00 todos todos estos locales, apedrearon, sacaron los muebles y los quemaron en la calle. También ardió una camioneta del local Penélope. Se perdieron 80 garrafas que utilizaban las trabajadoras sexuales para calentar sus habitaciones, televisores, estufas, catres, dinero, ropa, baldes, botiquines y otros enseres de esos centros. Los policías no actuaron.

En la noche, otro grupo de jóvenes, presumiblemente delincuentes, se organizó para continuar con el ataque pero fueron repelidos por los uniformados hasta las 2 de la madrugada. El resultado fue 17 personas detenidas, dos de ellas menores de edad. A esa hora, el alcalde Fanor Nava estaba reunido con las autoridades de seguridad ciudadana preparando la resolución que fue anunciada a las 10.00 de ayer.

En ese momento los jóvenes estudiantes atacaban bares de otra zona roja, la Ceja de El Alto. También están marcadas: el cruce de Villa Adela, Río Seco, Senkata, Villa Dolores, entre otras.

“Son nuestras fuentes de trabajo”

Desde la noche del martes, los trabajadores y propietarios de los lenocinios atacados por los padres de unidades educativas comenzaron la reparación y limpieza de sus locales. Algunos boquetes en las paredes ya fueron recubiertos con estuco e incluso, un local compró, esa misma noche, nuevos sofas para continuar con la atención. Los empleados argumentan que ésas son sus fuentes de trabajo y que viven al día, y que por lo tanto jornada que no laburan no tienen qué comer. Pero anoche, dicen que por el miedo, no asistieron las “chicas” de modo que no hubo servicio. Ayer en la mañana, mientras los estudiantes atacaban las cantinas, en los prostíbulos continuaba la limpieza y los propietarios se reunían para asumir determinaciones. Las trabajadoras sexuales se congregarán hoy para ver qué hacen.

Fanor Nava, alcalde de El Alto : “Los esfuerzos son insuficientes”

El alcalde alteño Fanor Nava admite que no está en condiciones de garantizar la vigilancia de bares y cantinas porque el problemas es más grande que sus capacidades.

–Usted emite una resolución para cerar los bares clandestinos, pero sin necesidad de ello puede hacerlo porque son ilegales?

— Sí, estamos... sin embargo es una actividad que queremos coordinar no sólo con nuestra gente sino también estamos pidiendo ayuda que la Policía Nacional. Somos apenas 100 brigadistas, no tenemos mucha gente. Es una ciudad tan grande que necesitamos no sólo el apoyo de la Policía, sino de todos.

— Usted dice que se cierra y vuelven a abrir, cómo se va a garantizar ahora que se cierren y no se vuelvan a abrir?

— Por eso estamos buscando..., estamos esperando que haya una norma. Es por eso que esperamos la propuesta, el proyecto de ordenanza que se está trabajando en el Concejo, para que podamos tener un marco jurídico que nos permita actuar con mayor drasticidad.

— Cuál es la magnitud del problema, cuántos bares y cantinas legales e ilegales hay?

— El número de ilegales realmente es grande, estamos hablando de por lo menos unos dos mil bares ilegales.

— Con la resolución se puede garantizar el control de las cantinas?

— Los esfuerzos que haga la Policía, la Alcaldía son insuficientes si no tenemos una ley. Tenemos que pedir al Congreso de que empecemos a trabajar en una ley mucho más severa para castigar a la gente que maneja este tipo de actividades. Nosotros cerramos y a las horas o al día siguiente está nuevamente abierto. Esta gente que procede así tiene que estar en la cárcel. Queremos una ley draconiana.



— Por qué no se impulsó la zona rosa, que incluso ya tenía un proyecto en anteriores gestiones?

— Había algunas ideas, pero entenderán que hemos seguido con esta intención, sin embargo hay un rechazo de la gente, ninguna urbanización quiere que allí funcione una zona rosa, nos han negado sistemáticamente, pero estoy convencido con lo que ha sucedido ayer hay que extremar esfuerzos conseguir una zona.

— Ustede dice que la norma vigente no es muy drástica, no le permite cerrar los clandestinos?

—No, la norma nos permite cerrar y decomisar, pero esta gente puede reabrir, de manera que no hay una condena contra esta gente.



— Qué hace la Alcaldía cuando se vuelven a abrir?

— Volvemos a cerrar y vuelven a abrir, hay un vacío, qué hacemos con esa gente.

— Cuántas veces se cierra o al final lo dejan abierto?

— La verdad es que tenemos varios focos en El Alto. Logramos cerrar una zona, pero pasamos a otra y otra vez.

Fuente: Periodico La Prensa

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