Carlos Hugo Laruta
chlaruta @ hotmail. com
El jueves pasado en el auditorio de la Cámara de Industria y Comercio de El Alto, la señora Susana Pinilla, Ex Ministra de Empleo del Perú, expuso el tema "Oportunidades y retos para el emprendimiento y el crecimiento de nuevas empresas: la experiencia en PyMES exportadoras y la formación del empresariado popular". Se pudo observar que el 9 % de crecimiento de la riqueza total (PIB) en el Perú se asentó en gran medida en la ampliación de la base de su economía, es decir que apostaron por apoyar el fortalecimiento de una economía llamada "de base ancha" donde los micro y pequeños emprendimientos respaldados por unas gestión estatal adecuada, logran elevar la calidad de la producción y crear muchos empleos.
Por invitación de los organizadores del evento, la Fundación Nuevo Norte, la Federación de Micro y Pequeño Empresarios, y la Cámara de Industria y Comercio de El Alto, nos tocó comentar esa magnífica exposición. Algunas conclusiones centrales muestran estrecha relación del emprendedurismo alteño con la lucha que tenemos contra nuestro enemigo principal que es el desempleo, sobre todo cuando pensamos en los jóvenes y señoritas que por miles buscan cada año, al terminar sus estudios, un puesto de trabajo para vivir con dignidad.
En El Alto, si tomamos como indicador 100 trabajadores, 35 de ellos están empleados en el comercio, 20 en la manufactura industrial, 10 en el transporte, almacenamiento y comunicaciones, 9 en la construcción, y 7 en la actividad hotelera y/o restaurantes, y 7 están desocupados permanentemente. En cuanto a los ingresos económicos, varían mucho en relación al salario mínimo vital (550 Bs, 78 $us). Las personas con bajos niveles de ingreso tienen oscilan entre 50 $us y 100 $us por mes, mientras que los que cuentan con ingreso medio alcanzan alrededor de 120 $us. Mensuales. Y esta situación ha empeorado en los últimos años, porque el emprendedurismo de las micro y pequeñas empresas que brindan gran numero de puestos de trabajo ha encontrado límites a su crecimiento y desarrollo, y sobre todo no ha recibido suficiente apoyo del Estado en la coordinación de la capacitación técnica, el acceso a créditos, a tecnología, a mercados y otros aspectos. Esto no significa que el entusiasmo y la iniciativa de los emprendedores haya disminuido; El Alto sigue siendo la ciudad del occidente con la mayor densidad de manufacturas y emprendimientos asociativos del occidente del país.
Pero frente a ello, El Alto observa atónito que las pugnas políticas siguen dividiendo a los bolivianos. Observa las denuncias muy serias de supuesto terrorismo, con indicios poco claros de responsabilidad, la lamentable muerte de 3 personas en operativo policial en Santa Cruz, y escucha con una sonrisa en los labios las respuestas airadas de jugadores de air soft acusados equivocadamente de delincuencia, etc.
Y los alteños perciben que la agenda real y profunda de octubre de 2003 no ha sido atendida. Se reflexiona ya, como se vio en el encuentro comentado, sobre la necesidad urgente de programas bien concebidos y eficientemente ejecutados que apoyen los emprendimientos productivos y que generen empleos para los que desean trabajar e invertir en su propio país y en su propia ciudad. Por ello, permanece como deuda la agenda profunda de 2003. Atender esta agenda es lo fundamental para los adultos jefes de familia, pero sobre todo para las muchachas y muchachos que por miles intentan ubicarse en un puesto de trabajo, y que requieren de nuestro compromiso por un futuro mejor a través de las oportunidades que vayamos impulsando. Sólo así, esos jóvenes y señoritas que son vecinos, primas, amigos o muchachos de nuestros barrios, podrán mantener la esperanza de una vida digna.
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