
Lo que se inició como una marcha de padres de familia que pedía refacciones de escuelas, terminó en el incendio de la Alcaldía Central de El Alto que dejó seis muertos y una veintena de heridos, todos funcionarios ediles. Las personas atrapadas y las autoridades alteñas pidieron insistentemente ayuda policial, pero los efectivos llegaron tarde.
"Llamamos al comando regional y no tenía el personal. Luego, al Comando Departamental y dijeron que estaban estudiando la situación. Yo estaba en el tercer piso, el humo y el fuego ya estaban en el pasillo, no podíamos salir. En mi desesperación, rompí una ventana con una silla y salté al techo vecino; muchos compañeros hicieron lo mismo, pero otros murieron asfixiados. Fue una pesadilla", contó la funcionaria edil Sonia Vallejos.
Esa pesadilla comenzó a las 8:00, cuando una marcha de más de 3.000 padres y madres de familia recorrió la avenidas Juan Pablo II y 6 de Marzo con estandartes de las unidades educativas a la que pertenecían. "Por culpa de La Sole estamos en las calles", coreaban.
"Hoy nos encontramos movilizados por la falta de atención del Gobierno Municipal de El Alto, tanto en equipamiento como en infraestructura de las escuelas. Hasta hoy no se ha cumplido con el POA 2015, falta un 30%; de 2016 aún ni se ha aprobado", declaró el coordinador de las Juntas Escolares de El Alto, Luis Limachi.
A las 8:45, la masiva marcha llegó a las puertas de la Alcaldía central. Los padres exigían que la máxima autoridad municipal, Soledad Chapetón, los atienda. Las puertas del edificio edil fueron cerradas ante la actitud violenta de los marchistas.
"Los padres marchamos exigiendo que se cumplan los acuerdos firmados el 28 de septiembre y en la Alcaldía estamos viendo la ausencia de funcionarios. Nos han informado que la Alcaldesa está en un cierre de campaña por el No, eso es abandonar sus funciones. Vamos a estar hasta las últimas consecuencias", advirtió la presidenta de la Federación de Padres de Familia (Fadepaf), Jenny Arce, frente a la Alcaldía.
Entonces corrió el rumor de que La Sole no estaba y los manifestantes se violentaron. Primero arrojaron bolsas de jugos y después sacaron adoquines y con ellos golpearon las cerraduras de las puertas.
"Iremos tomando algunas oficinas para que nuestra autoridad nos escuche y dialogue. Que vea que somos los padres los que hacemos este pedido", dijo Limachi, mientras observaba cómo dañaban las oficinas ediles.
Varios jóvenes -que no quisieron responder a qué junta escolar pertenecían- patearon la puerta principal, que había sido reforzada. Al ver que tres periodistas filmaban el hecho, los golpearon y expulsaron. Los funcionarios, dentro de las oficinas ediles, llamaban a la Policía, pero no había rastros de los uniformados.
"La violencia no es el medio. Evitaremos enfrentamiento entre alteños", exhortaba a la turba el teniente coronel de la guardia municipal Nelson Santander, que ya había sido agredido. A las 10:00 era el único uniformado en el lugar y pedía refuerzos... sin éxito.
Al ver que la magnitud de la violencia y los daños a las instalaciones municipales crecía, varios padres de familia se retiraron. "Nos han convocado para pedir obras, no para sacar a la Alcaldesa, ni destruir las oficinas.
Como ovejas nos han manejado, estamos molestos", reclamó Segundina Alcón, madre de familia del colegio Vicente Tejada del Distrito 1, mientras se iba del lugar.
A una cuadra, los padres reprochaban la sus dirigentes: "No somos padres de familia los que están haciendo estos destrozos".
A las 10: 20, los marchistas prendieron fuego en la puertas de la Alcaldía impidiendo que alguien salga del edificio. A las 11:15 llegaron 18 policías y utilizaron gas lacrimógeno para dispersar la marcha. Fue momentáneo, pronto los más violentos se reorganizaron y sobrepasaron a los uniformados.
El fuego crecía y los funcionarios, atrapados en los últimos pisos de la Alcaldía, gritaban desde las ventanas pidiendo auxilio, se asfixiaban con el humo. Los camiones bomberos no podían ingresar por el bloqueo de las vías.
Desde abajo, los periodistas impotentes oíamos gritos, ruidos de vidrios rotos, y veíamos los desesperados intentos de la gente por salir del edificio ya envuelto por el humo. Dentro, se vivía un infierno.
Algunos funcionarios buscaron refugio en los baños y no pudieron salir. "Fue una desesperación colectiva. Uno de mis colegas, el abogado Juan Laura, murió después de ayudarnos a varios a saltar por la ventana ", contó entre lágrimas Sonia Vallejos, que trabaja en la Dirección Jurídica Municipal.
A estas alturas, algunos de los vándalos habían logrado entrar a la Alcaldía y avivaban el fuego con los documentos de los procesos sumariales. "Las personas que invadieron las oficinas y quemaban muebles y papeles tenían cicatrices en la cara", dijo acongojada Vallejos e identificó a dirigentes masistas.
"Yo ví al señor Henry Alcón en la marcha... la marcha que fue un asesinato".
Robert Saravia, funcionario de oficina Talento Humano del Municipio, saltó desde el segundo piso de la Alcaldía. Se cortó la mano al romper una ventana y sangraba. "¿Qué culpa tenemos? Sólo fuimos a trabajar como cada día. La gente afuera no entendía que tenemos familia", reclamó. Aclaró que nadie ordenó a los funcionarios que no salgan de la Alcaldía: "¡La turba nos lo impedía!".
Hasta el mediodía, cuando llegó la Policía y los bomberos empezaron a aplacar el fuego, se vivió el horror: gente tratando de escapar, heridos, pánico, llanto y, después, heridos y cuerpos sin vida.
Los heridos fueron trasladados al Hospital Boliviano Holandés. "Han llegado seis personas ya fallecidas, ya no se ha podido hacer nada. Además, son 10 heridos, hay uno grave", informó el director del SEDES, Freddy Valle. En otros nosocomios, también atendían a una decena de víctimas.
"Señor Evo Morales, usted ha enviado a estos dirigentes que eran sus candidatos. Han quitado la vida de gente inocente. ¿Cuántas vidas más tienen que ofrendarse?", cuestionó la exdirectora edil de Desarrollo Humano, Nancy Conde. Informó que el viernes pasado ya había renunciado como exigían los padres.
"¿Qué hizo El Alto para merecer esta masacre?", dijo antes de desmayarse.
En la morgue del Hospital Holandés, reconocían entre los cuerpos a los fallecidos por intoxicación y asfixia. "Mi hijo esta mañana ha salido a trabajar vivo", gritaba el padre de una víctima. Afuera una marcha de crespones, lloraba a los muertos.
Quemaron documentos de procesos legales
El gobierno municipal de El Alto informó que en el ataque a la Alcaldía central quemaron documentación de procesos legales por corrupción en contra de exfuncionarios ediles de la gestión de Édgar Patana.
"Nos hemos sorprendido cuando vimos que una turba destrozó la puerta principal de la dirección de Procesos Sumariantes, donde están todos los procesos iniciados a exautoridades", declaró ayer director edil de Comunicación, Henry Contreras, en una conferencia de prensa de emergencia.
Denunció que Henry Alcón, quien fue oficial mayor de Finanzas y parte del programa de Escuelas Dignas, participó de la marcha que habían convocado los padres de familia en demanda de mejoras en las unidades educativas.
Además de Henry Alcón, la Alcaldía identificó a la señora Nely Mamani y la familia de Braulio Rocha. "Ellos sabían que la próxima semana sale el resultado de los 120 ítems fantasmas" , denunció más tarde la alcaldesa Soledad Chapetón y anunció procesos legales.
Según una funcionaria de la unidad jurídica, que prefirió no identificarse, los agresores no quemaron documentación de otros años, sino específicamente de 2015, cuando se iniciaron varios de los procesos a la gestión del exalcalde Édgar Patana. "Ellos sabían qué papeles quemar", dijo.
Informó que se eliminaron las carpetas del plan Escuelas Dignas, que es investigado por indicios de corrupción y malversación de fondos . "Se ha destrozado toda la documentación del municipio de El Alto", lamentó la funcionaria.
"Han quemado pruebas que nosotros hemos recaudado juntamente con la población alteña, que nos ha pedido transparencia", aseguró la concejala Janneth Chuquimia, encargada de la Comisión de Educación y Cultura.
Lamentó que hayan usado a los padres de familia "para fines políticos que enlutaron a toda la población de El Alto" .
Cuando comenzó el incendio en las oficinas municipales, Chuquimia también solicitó ayuda a la Policía. Le respondieron que no contaban con personal porque había otro acontecimiento.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, dijo que en el conflicto de El Alto la Policía "ha actuado en medio de las dificultades y ha intervenido para evitar que se produzca una tragedia mayor. Un núcleo de vigilancia de la Policía fue agredido, eso impidió un trabajo más acelerado", dijo en conferecia de prensa.
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