Enclavado en la Cordillera Real una de las portentosas cadenas de los Andes Orientales de Bolivia, el nevado en cuestión ha sido prácticamente conquistado por todos sus frentes, lo han ascendido niños y sexagenarios, en solitario y grupos de hasta casi una centena. De sus gélidas cumbre se han lanzado al vació en alas delta y parapente así como lo han descendido a través de sus glaciares en arriesgadas intervenciones de ski extremo.
Codiciado por turistas y deportistas, el numero de visitantes a la montaña se ha incrementado notablemente en los últimos años, originando con ello secuelas negativas en el aspecto del cuidado del medio ambiente y su entorno, ante el insoslayable abandono del estado boliviano. Aunque resulte paradójico, la belleza del nevado y su entorno contrasta con la indiferencia del gubernamental.
El Huayna Potosi es uno de los Apus (dios tutelar andino) de la ciudad de El Alto.
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