Por: Víctor
Montoya
El
Archivo Histórico de la Minería Nacional de la Comibol/Regional Catavi, dentro
de sus actividades dedicadas a la promoción de la cultura minera y el registro
de los materiales pertenecientes a la Comibol, edita la “Serie de Literatura
Minera”, cuyo décimo segundo número, que tiene el propósito de mantener viva la
memoria histórica del proletariado boliviano, está dedicado a la masacre de San
Juan, que enlutó a las familias mineras en Llallagua, Siglo XX, Cancañiri y
Catavi, en la madrugada del 24 de junio de 1967.
La
presente selección de textos, intitulada “La masacre de San Juan en prosa”, es
un nuevo aporte a la ya extensa historiografía en torno a un acontecimiento
fratricida, que conmocionó a un país que vivía asolado por un régimen militar
despótico, cuyos crímenes de lesa humanidad formaron parte de una de las etapas
más sombrías de la historia nacional.
Reconocidos
intelectuales bolivianos, como Guillermo Lora, Sergio Almaraz, Marcelo Quiroga
Santa Cruz, René Zavaleta Mercado, Gregorio Iriarte y Armando Córdova Saavedra,
coinciden en señalar que la masacre de San Juan se produjo como consecuencia de
la existencia de un grupo insurgente, que inició sus acciones en marzo de ese
mismo año en la zona de Ñancahuazú. El régimen dictatorial de René Barrientos
Ortuño, en su afán de justificar su política criminal, declaró que no hubo otra
forma de frenar las acciones “subversivas” de los dirigentes mineros y los
guerrilleros comandados por Ernesto Che Guevara.
En
un trabajo como el presente no podía faltar la versión del filósofo francés
Regis Debray, quien formó parte del foco armado de Ernesto Che Guevara en sus
inicios y reafirmó la tesis de que el régimen dictatorial de René Barrientos
Ortuño usó el pretexto de la guerrilla para tramar, en colaboración con sus
asesores norteamericanos, una estrategia militar que impidiera a cualquier
precio una alianza orgánica entre mineros y guerrilleros.
Los
autores, con solvencia y autoridad moral, se refieren a los antecedentes que
dieron paso a la conocida “masacre minera de San Juan”, que dejó un reguero de
heridos y un saldo de más de dos decenas de asesinados entre hombres, mujeres y
niños.
Por
otro lado, se consideró necesario incluir testimonios de primera mano, como el
de Domitila Barrios de Chungara y la viuda de Rosendo García Maisman, y otros
de carácter más literario, como el de Eliseo Bilbao Ayaviri, Diego Martínez
Estévez, Víctor Montoya y el célebre escritor uruguayo Eduardo Galeano, quienes
confirman que las tropas militares, aprovechándose de la fiesta del 23 de junio,
tomaron por sorpresa los distritos mineros, donde la noche de San Juan se
celebra con libaciones, bailes, juego artificiales y fogatas.
Tampoco
es casual que el ejército haya intervenido la población civil de Llallagua y
los campamentos mineros de Cancañiri, Siglo XX y Catavi, a las 04.40 de la
madrugada, una vez que la mayoría de los trabajadores se habían retirado a
descansar en sus hogares, dejando atrás las menguantes brasas de las fogatas y
sin tener posibilidades de organizar una resistencia eficaz contra los
uniformados, que estaban dispuestos a cumplir con su misión a sangre y fuego.
Por
último, se incluyen los apuntes escritos por Ernesto Che Guevara en su famoso
“Diario”, ya que dan una perspectiva de quien, a la distancia y por medio de
las emisoras de radio, se informó de los sucesos de la masacre en Siglo
XX-Catavi, donde se debía realizar un ampliado nacional minero el 24 de junio,
con el objetivo de replantearle al gobierno un pliego de peticiones y reafirmar
la unánime decisión obrera de apoyar a la guerrilla con víveres y medicamentos.
Esperemos
que estos textos, que parecen describir una epopeya arrancada de las
pesadillas, nos permitan mantener siempre viva en la memoria una de las
tragedias más cruentas que registra la historia del movimiento obrero
boliviano.
Cabe
recordar que el pasado año, el mismo Archivo Histórico de la Minería Nacional
de la Comibol/Regional Catavi, en su “Serie de Literatura Minera”, publicó una
selección de poesías revolucionarias bajo el título de “La noche de San Juan en
versos”, donde destacan autores como Jorge Calvimontes y Calvimontes, Nilo
Soruco, Coco Manto, Alberto Guerra Gutiérrez y Grover Cabrera García, entre
otros.
Los poetas reunidos en esa breve
antología, aparte de recrear con la intensidad vibrante de sus versos una
realidad dramática, que les tocó vivir a las familias mineras en carne propia,
rescataron con innovación y creatividad la integridad de un país que, a pasar
de los regímenes dictatoriales, las intervenciones militares y las masacres
insensatas, supo luchar y resistir contra los enemigos de la soberanía
nacional, bajo la hegemonía de los trabajadores de los centros mineros como
Siglo XX, que fue escuela y escenario de eximios oradores y grandes líderes
sindicales, como Federico Escóbar, César Lora, Isaac Camacho, Irineo Pimentel y Domitila Barrios de Chungara, por citar a
algunos de los más esclarecidos.
En esta oportunidad, y en el
marco de las actividades programadas para los días 23 y 24 junio en las
poblaciones de Llallagua y SigloXX, se presentará esta nueva entrega del
Archivo Histórico de la Minería Nacional de la Comibol/Regional Catavi, que
viene promoviendo y difundiendo, conforme a sus propósitos altruistas en el
ámbito cultural, la literatura vinculada a la realidad minera, como una forma
de perpetuar la rica tradición de lucha de los trabajadores del subsuelo
boliviano.
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