Bolivia: Crítica al corporativismo.
Mario Ronald Duran Chuquimia (*)
El conflicto minero de Huanuni ha resaltado un grave problema de la administración Morales, la posición de los movimientos sociales. En medio de la explosión de dinamitas, del silbido de las balas, de los muertos y heridos, el ministro de Minería Walter Villaroel anunciaba su renuncia al cargo, minutos después manifestaba ante la prensa que se mantendría en el cargo, causando desazón entre la población boliviana.
Tal decisión la tomo después de la reunión en la sede de la Federación Nacional de Cooperativas Mineras de Bolivia (FENCOMIN) ante la prensa reunida señalo que si bien el nombramiento de autoridades dependía del presidente Morales, el mandato ministerial dependía de los cooperativistas mineros, ya que Villaroel había sido nombrado por un congreso de este sector, dando a entender que dicha cartera de estado pertenecía, cual feudo, a este movimiento social.
El contexto del conflicto de Huanuni, según las denuncias de la histórica Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), se ha originado por cierto favoritismo gubernamental hacia el sector de los cooperativistas, sector que mediante un poder obtenido de la trasnacional Allied Deals asumía que la administración de la mina de Huanuni les correspondía, pese a que la ley impide la privatización de minas estatales.
En síntesis, el problema medular de la gestión de Evo Morales es que la dirigencia de los movimientos sociales hechas cabeza de ministerio, otorga prerrogativas a la satisfacción de las demandas de su sector antes que dar soluciones a los problemas del conjunto de la sociedad, reproduciendo actitudes que parten de la acepción mas básica de los movimientos sociales que son grupos organizados de personas que buscan la satisfacción de ciertas demandas, los cuales para lograr su cometido ante la autoridad de turno ejercen las mas variadas medidas de presión.
Por lo tanto el actual gobierno auto-denominado de la revolución democrática y cultural deberá ceñirse el cilicio de la autocrítica mostrando sus errores, analizando sus defectos, profundizar lo positivo, para reencausar el curso de su gestión, cambiar el gabinete ministerial y no ser guiados por la presión del corporativismo de los movimientos sociales, sino por un amplio sentido de patria, asumiendo una gestión gubernamental que tenga como eje central los tres principios de la concepción china del desarrollo: " que mejore la vida de la gente, que aumente la productividad y que potencie el país".
El Alto – Jacha Marka, 7 de Octubre de 2006.
(*) El autor agradecería recibir comentarios, críticas, sugerencias en su blog "Palabras Libres" ( www.mrduranch.bo.tc), así también los invita a participar en el blog sobre la Asamblea Constituyente y Autonomía de Bolivia ( www.laconstituyente.org).
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