Periodistas de El Alto se preparan para cubrir el referéndum constitucional
Por: Anahí Cazas
Periodistas de la ciudad de El Alto participaron del seminario-taller Responsabilidad y pluralidad en la cobertura constituyente, coordinado por Pondera, Organización para el Periodismo y la Democracia, cuyo objetivo es propiciar un mejor trabajo periodístico para que la población ejerza un voto consciente en el referéndum del 25 de enero. La actividad se realizó el 12 de octubre de 2008 en el auditorio de la institución.
Pondera, creada en 2006, es una organización dirigida por periodistas con experiencia en la planificación y cobertura en situaciones de riesgo y la formación de recursos humanos. Durante el seminario-taller se desarrollaron exposiciones magistrales, dinámica de grupos y debate.
El periodista y director ejecutivo de Pondera, Andrés Martínez, dio inicio a las exposiciones con el tema Periodismo sensible al conflicto y cobertura plural. "Existe polarización en los medios de comunicación cuando muestran dos actores antagónicos", indicó. Es decir que la falta de pluralidad restringe la cantidad de actores, entonces es necesario buscar otras fuentes.
Contar historias de largo plazo, la clave de Gervasio Sánchez
Por: Pablo Peralta
Desde 1988 mantiene relación con el periódico Heraldo de Aragón; ha sido enviado especial de este medio a varios conflictos armados. También colabora con la Cadena Ser y con el Magazine de La Vanguardia. Desde 1994 lo hace con la BBC en español. Y desde el 2000 con la revista Tiempo.
Vidas Minadas es un proyecto que retrata las consecuencias de las minas antipersonas en la población civil de Afganistán, Angola y Camboya. Se originó por un encargo que le hicieron y que coincidió con el cansancio que tenía por el periodismo tradicional. Necesitaba fotografiar de otra manera lo que ocurría a su alrededor. El premio Ortega y Gasset, que recibió en abril de 2008, evidencia que su inconformismo iba por buen camino.
Decidió ser free lance al no encontrar en una sala de redacción lo que buscaba, pues nunca tuvo libertad para elegir sus propias historias. Cuando tomó la decisión, costeaba sus viajes con lo que ganaba como camarero. Hoy vive de su trabajo y establece el ritmo y los plazos de sus historias.
El Arzobispado de La Paz prohibió la celebración de la liturgia durante la Fiesta de las Ñatitas, un ritual pagano de origen desconocido. La Iglesia Católica considera que el culto a los cráneos humanos no es una práctica cristiana y, por ello, debe cambiarse.
Sin embargo, esta moderna extirpación de idolatrías choca con la masificación de una tradición que ya forma parte de la cultura de mucha gente joven que, de una u otra forma, se vinculó con la veneración a las calaveras.
La Fiesta de las Ñatitas se efectúa el 8 de noviembre de cada año, después de Todos Santos. Miles de personas se vuelcan al Cementerio General para que sus calaveras escuchen misa y reciban la bendición católica, pues se cree que así adquirirán atributos mágicos de Dios.
Miriam Huanca tiene 22 años y hace cuatro tiene a Ángela, una calavera que consiguió para sus estudios de Medicina. Desde entonces la lleva cada año al cementerio y cada lunes le enciende velas. "La adquirí para poder estudiar y luego ya me he encariñado con ella. Es como parte de la familia".
Todos los creyentes tienen una relación familiar con los cráneos y por eso se refieren a ellos por los nombres que les dieron, aunque algunos le dicen "almitas" o "angelitos", y, los menos, "ñatitas".
Por: Anahí Cazas
El humo del cigarrillo envuelve a Javier. Él está rodeado de flores, coca, lejía y velas. La gente se le acerca para ofrendarle oraciones en su día. A su lado está su compañera, Sofía, cubierta con pétalos de rosas blancas; mientras Gonzalo Corona, su dueño, abre una cajetilla de L&M Light para hacer fumar a sus dos ñatitas.
"Mientras tenga vida y salud, seguiré bailando la morenada, porque cuando muera qué voy a llevar, solito en la tumba me voy a quedar", se escuchar cantar. La música y el bullicio de la gente rompen con la tranquilidad del camposanto. Sin los honores del llanto que se suele escuchar en el lugar, la gente instala improvisados altares para las calaveras en una ceremonia que celebra la vida reverenciando a la muerte.
En el Cementerio General de la ciudad de La Paz cada año se realiza la tradicional Fiesta de las Ñatitas, un ritual pagano de veneración a los cráneos humanos que, según la creencia, protegen de todo mal a sus poseedores y a quienes tienen fe en ellos.
Después de la festividad de Todos Santos, el 8 de noviembre, miles de personas se vuelcan al camposanto llevando a sus ñatitas, llamadas así porque les falta la nariz. Los rayos del sol iluminan el rostro de Marta Rojas, mientras sujeta con devoción a Guadalupe, su calavera. "Ella vive con nosotros 15 años. Es de la familia", afirma al referirse al cráneo humano que en sueños le dijo su nombre y se mostró como la mujer que era en la vida terrenal.
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Mario Ronald Duran Chuquimia
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