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18/8/10

Fidel Surco en el “detector de mentiras”

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Daniela Espinoza M. / Pulso
Todo parece indicar que el polémico senador paceño es locuaz para
declarar a cuanto periodista encuentra a su paso, pero también para
esconder la verdad cuando se trata de hacer todo lo posible por eludir a
la justicia. Pulso sometió a la prueba del "polígrafo periodístico" al
dirigente… y no pasó la prueba.

Los escándalos y la controversia que rodean al senador y dirigente
sindical Fidel Surco reflejan el clima de división interna que de manera
ya inocultable afecta al Movimiento al Socialismo y constituyen un
síntoma de la descomposición moral que daña profundamente la imagen
gubernamental y la del propio Presidente del Estado Plurinacional.
Dirigente de los colonizadores de la zona de Alto Beni, próspero
empresario del transporte interprovincial, influyente miembro del
entorno presidencial, hombre locuaz y ávido de cobertura mediática,
Surco se ha visto envuelto en varios hechos polémicos: el atentado en el
que estuvo a punto de perder la vida su esposa, el conflicto en Caranavi
y, finalmente, el accidente de tránsito en la ciudad de El Alto, del que
salió ileso, pero ebrio, hace algunas semanas.
Quienes lo conocen de otras épocas sostienen que "el poder lo ha
cambiado". El humilde dirigente de los colonizadores se ha convertido en
un, a veces, prepotente funcionario de Gobierno, que suele viajar
acompañado de una corte de guardaespaldas y que se traslada de un lugar
a otro en las ciudades a bordo de vehículos de lujo, con vidrios
polarizados y destelladores, que le permiten desplazarse sin respetar
siquiera la luz de los semáforos.
Pero la soberbia suele tropezar en ocasiones con rompe-muelles, como el
ubicado en la Av. Julio César Valdez de la zona Alto de la Alianza en la
ciudad de El Alto, donde el pasado 2 de agosto, luego de supuestamente
participar de una serie de reuniones con campesinos, la vagoneta Toyota
4 Runner, conducida por Fidel Surco, chocó a otro vehículo, provocando
daños materiales de consideración.
Si bien, por fortuna, el accidente no se tradujo en tragedia, sí se
convirtió en un escollo, posiblemente definitivo, para la carrera
política del joven dirigente de 35 años de edad, que en lugar de optar
por la sensata admisión de culpa, prefirió ingresar en una espiral de
medias verdades y mentiras que únicamente han servido para hundirlo más,
a ojos de una opinión pública que no deja pasar impunemente este tipo de
errores. Recuérdese si no, lo ocurrido con el ex ministro Abel Mamani y,
más recientemente, con el ex candidato a gobernador oficialista, Félix
Patzi.
La política y el alcohol son letales para la vida de los políticos, peor
aún si se le añade una medida de mentiras, como sucede en el caso de Surco.
Mentira 1: Surco afirma que no conducía el vehículo en el que chocó, e
incluso logró que un supuesto chofer se inculpe para librarse del castigo.
Verdad: En declaraciones a la Red Erbol, el testigo ocular Humberto
Quispe afirmó sin dudar: "Sí, sí, yo puedo confirmar que Surco estaba en
el volante, por eso estoy dando mi nombre, por eso también ayer escuché
indignado las declaraciones de Surco (quien aseguró que su chofer
manejaba sobrio). Si el señor Surco hubiera chocado alguno de sus buses
qué me importaría, pero ha chocado una vagoneta que pienso que es del
Estado, yo me saco la mugre trabajando tantos años en mi bicicleta y él
está chocando semejante auto, eso me enoja. Surco estaba en el volante y
eso es lo que yo voy a afirmar y confirmar donde quieran. Yo voté por
Surco, ¿para qué? Para que esté haciendo estas tonteras, por eso me ha
dado rabia ayer, cuando dijo que él no estaba manejando y que su chofer
era quien conducía".
Mentira 2: En sus declaraciones a la Fiscalía, Fidel Surco afirmó que él
no tenía por qué portar licencia de conducir porque no estaba
conduciendo la movilidad.
Verdad: En el cuaderno de investigaciones de la Fiscalía de Tránsito de
El Alto, uno de los efectivos policiales que intervino inmediatamente
después de producirse el hecho aseguró que "el que manejaba era Fidel
Surco, estaba ebrio y no portaba licencia de conducir. Tan es cierto que
estaba ebrio, que incluso al día siguiente, 3 de agosto, cuando se
presentó a declarar, todavía tenía aliento alcohólico".
Mentira 3: Fidel Surco asegura que no intentó escapar luego del choque y
que, por el contrario, mostró disposición de colaborar con las autoridades.
Verdad: Los testigos oculares, policías y civiles coincidieron en que
Surco intentó tomar un taxi, pero que ninguna movilidad se detuvo para
llevarlo. El policía denunció que Surco no le quiso entregar las llaves
de la vagoneta, mientras que Humberto Quispe explicó "Surco y su
acompañante iban de un lado a otro, entonces yo estacioné mi bicicleta,
fui donde estaban ellos y cuando estaba por subir (el legislador) a un
taxi, le empujé y le increpé: vos eres Fidel Surco, por qué no subes a
la patrulla; recién uno de los policías de la patrulla ha dicho: 'así
siempre son estas autoridades señores vecinos, ayúdenos a subir por
favor'. Después los vecinos le subimos a empujones a Surco a la
patrulla, luego a su acompañante, quien se portaba muy prepotente y
hasta quería pelear con uno de los policías".
Mentira 4: Fidel Surco declaró que en la vagoneta 4 Runner viajaban tres
personas: él, su chofer y un tal Iver, con quien había compartido
–léase: bebido– en la Cumbre, mientras que "el chofer descansaba".
Verdad: Los testigos sólo vieron dos personas a bordo de la vagoneta y
ambos en estado de ebriedad, como lo muestran también las imágenes
captadas por un canal de televisión, que fueron reproducidas por medios
impresos. El propio Quispe, en la Radio Erbol confirmó "Sólo (habían)
dos personas. Surco en el volante y a su derecha un petisito, que era su
acompañante".
Mentira 5: Fidel Surco declaró que la vagoneta no tenía vidrios
polarizados y que las ventanillas sólo estaban empolvadas por el viaje.
Verdad: Las fotografías incluidas en el cuaderno de investigaciones de
la Policía muestran que la movilidad sí tenía vidrios oscuros.
Mentira 6: Surco sostuvo que la vagoneta Toyota 4 Runner, con placa 2342
FEC, no es de su propiedad y que la había alquilado a un señor Navia.
Verdad: En el registro automotor, la vagoneta figura efectivamente a
nombre de José Antonio David Navia Bueno, aparentemente el único
propietario del motorizado. Sin embargo, fuentes políticas revelaron a
Pulso que una conocida empresa de transporte aéreo boliviana habría
regalado el vehículo a Surco, lo que no se sabe es el porqué de un
presente tan costoso y vistoso.
Hasta ahí la mayor parte de las evidencias y declaraciones que prueban
fehacientemente que Fidel Surco conducía la vagoneta, que estaba ebrio,
que intentó escapar y que no portaba licencia de conducir en el momento
del accidente. Todos estos elementos deben ser ponderados por la
Fiscalía antes de decidir la suerte que deberá correr el dirigente masista.
Por ahora, se le ha concedido libertad bajo una fianza de 20 mil
bolivianos y un trato preferencial desde el punto de vista político.
Esta vez, a diferencia de lo que pasó con Patzi, no hubo fallos de la
justicia comunitaria, ni fabricación de adobes y tampoco una abierta
censura por parte del Presidente del Estado Plurinacional. Incluso el
vicepresidente Álvaro García Linera, sin poner nombre al caso, afirmó
que todos los ciudadanos son iguales ante la Ley, declaración que dista
mucho de aquellas que se formularon cuando había que eliminar a Félix
Patzi de la carrera electoral.

Pulso, Domingo 15 de agosto de 2010

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